Descripción

Datos generales
Municipio:  Solosancho
Altitud:  1115 m

Arquitectura tradicional

Morfologia urbana
Baterna se localiza en el fondo del Valle Amblés, en la margen derecha del río Adaja, lo suficientemente alejado del cauce como para evitar las crecidas.
Morfológicamente, el tejido urbano tiene una disposición ramificada, generándose en torno a los caminos que, convertidos en calles, penetran radialmente en el caserío.
El caserío queda conformado por la yuxtaposición de manzanas irregulares y quebradas, individualizadas por calles angostas y estrechas que desembocan en las vías principales, quedando algunos espacios vacíos, muy irregulares, que no pueden designarse como plazas por su falta de planificación.
Se preservan algunos de los rústicos sistemas de canalización de aguas, trazados por el centro de las calles.
Pascual Madoz, a mediados del S.XIX, se refiere a Baterna como anejo de Solosancho, con 35 casas malas, sin ningún otro establecimiento.
La iglesia es de nueva construcción, conservando una imagen de San Blas del S.XVI.

Tipologia de viviendas
Se incluye Baterna dentro de los núcleos de baja densidad y edificación con corral delantero del piedemonte septentrional del Sistema Central, concretamente el desarrollado en la vertiente Norte del Sistema Central. Dentro del modelo de vivienda serrana, el tipo de casa que caracteriza el tejido urbano es la de disposición arcaica con corral delantero profundo y pequeño cuerpo edificatorio y de fachada, con la vivienda al fondo del corral, ocultando su fachada a la calle.
Bibliografía
•    Benito Martín, F. (1998): Arquitectura tradicional de Castilla y León, V. I y II, Salamanca.
•    González-Hotaria, G. et alli (1985): El arte popular en Ávila, Ávila.
•    Madoz, P. (1845-1850): Diccionario geográfico-estadístico e histórico de España y sus posesiones de ultramar. Ávila. Madrid.
•    Navarro Balba, J.A (2004): Arquitectura popular en la provincia de Ávila, Institución Gran Duque de Alba

Elementos de interés

Potro de herrar
Ubicación: calle Río, como en la mayoría de las localidades, a las afueras del caserío.
De uso público, como su propio nombre indica, se utilizó para el herraje de las bestias relacionadas con las actividades agropecuarias.
Consta de 4 bloques monolíticos de granito de 2 m. de altura, muy toscamente desbastados, apreciándose incluso las huellas de las cuñas de cantería. Conserva el yugo (que servía de soporte donde atar los cuernos del animal), y las dos vigas laterales (una donde irían sujetas las correas o cinchos, las cuales se enganchaban en el palo opuesto o rodillo, que actuaba como tal, girando y tirando de los cinchos hasta que se elevaba la res). En el suelo se encastran tres pequeños bloques de granito, donde el animal ponía las patas (dos delanteras y una trasera). Estos bloques tienen tallada la forma de la pezuña.

Tenadas
Dentro del conjunto arquitectónico de Baterna será la tenada un elemento distintivo de la localidad. Este tipo de arquitectura aparece disperso por todo el caserío, dándose dos tipos:
1.    Tenadas aisladas e independientes de cualquier otra construcción, si bien pueden aparecer formando grupos de dos o tres, ocupando el espacio central de pequeñas plazoletas.
2.    Tenadas que suponen el tejado de edificios auxiliares y de puertas de acceso dentro de lo que es una vivienda.
La cubierta impermeabilizada de la tenada se conforma por la sucesión de capas de piornos y de ramaje de encina, acopio de leña que se utilizará para alimentar las lumbres de las viviendas, por lo que la cubierta, a manera de leñera, se iría reponiendo anualmente.
El acopio de ramaje de encina se hace posible por la cercanía del Monte Barbaceo.
Respecto a las tenadas aisladas, están estructuradas a partir de 4 grandes monolitos de granito que, toscamente tallados, trazan una planta rectangular. Sobre estos pilares se dispone la cubierta, la cual se logra mediante un entramado de rollos de madera cubierto por varias capas de ramos que impermeabilizan la techumbre.
En su interior se protegía el carro de la intemperie, de ahí que también se las conozca como cocheras. En Baterna, al margen del frente por el que accedería el carro, el resto de laterales quedan cerrados con una tosca mampostería de granito.

Crucero de la Venta (Cruz de Término)
Este tipo de cruces, tipológicamente muy similares, salpican los caminos de la comarca del Valle Amblés. Las cruces, como símbolo protector que goza de todos los poderes de que se considera portador la divinidad, se emplazan en lugares en los que el peligro es manifiesto, como en los campos o accesos a los pueblos, como protección simbólica frente a lo que pueda venir del exterior y que represente un peligro para la comunidad. Es una concepción de la religión que hunde sus raíces en el medievo, un mundo de temor en constante lucha entre el bien y el mal.
Al pasar a su lado era obligatorio una jaculatoria. También eran el punto desde donde se bendecían los campos cuando se iba en rogativas para favorecer las buenas cosechas.
La cruz de Baterna, dedicada en 1614 como en su peana se constata, se erige en el cordel que une Ávila con la Cañada Real Leonesa Occidental (Cordel de Ávila o Calzadilla de Niharra), allí donde se cruza con la carretera que comunica Baterna con Solosancho.
Sobre una base escalonada, ejecutada con sillarejos de granito, se asienta una peana troncopiramidal desde la que se levanta una esbelta cruz esculpida en un único bloque de granito. La peana tiene rebajes decorativos, conteniendo la datación.

Casa del Concejo
Ubicación: calle Cantos.
Pequeño edificio de planta única y una sola altura. La fábrica es de mampostería desconcertada de granito, con encintado de mortero de cal. La única abertura es la puerta de acceso, enmarcada entre dintel y jambas de granito, tallados a manera de sillares. El tejado es a doble agua, con el caballete paralelo a la fachada. Queda enmarcado entre dos edificios de nueva construcción.
Como su propio nombre indica, en él se reunía el concejo.

Cordel de avila o calzadilla de Niharra. Pontones y puente de los Cobos
La vía pecuaria afluye a dos cañadas reales, la Soriana Occidental y la Leonesa Occidental, comunicándolas entre sí a través del Valle de Amblés. Por el Oeste, el cordel enlaza con la Real Cañada leonesa Occidental, que discurre con dirección N-S, en la convergencia de las líneas divisorias de los términos municipales de Mengamuñoz, Sotalbo y La Hija de Dios, punto a partir del cual la carretera N-501 se superpone y reutiliza el trazado de la cañada, anterior calzada romana, para afrontar el ascenso del puerto de Menga y posteriormente del Pico. Por el Este, a la altura del puente sobre el río Adaja en la ciudad de Ávila, emboca en la Real Cañada Soriana Occidental.
Su transitar por el valle, y hasta su convergencia en la Cañada Leonesa Occidental, se realiza por un terreno llano, únicamente roto por las pequeñas vaguadas creadas por los cauces de los arroyos que desembocan en el Adaja. El paisaje se caracteriza por los campos cerealísticos, sin embargo, su cercanía con el cauce del río Adaja permite, en determinados trayectos, transitar próximos a una exuberante vegetación de ribera con variada avifauna. Esta ruptura, con la monotonía de los campos de cereal, también se ocasiona al surcar algunos de los arroyos; es el caso de los dos cauces que el cordel traspone antes de surcar el Adaja por el Puente de los Cobos: arroyos de Berrocal de Duza y de los Potrillos. Muy próximo al Puente de los Cobos desemboca el arroyo de la Vejiga.
El itinerario que va desde su fusión con la Leonesa Occidental hasta el Puente de los Cobos es el conocido como Camino o Carretera Vieja de Ávila a Talavera, y ello porque, con anterioridad a la construcción del actual trazado de la carretera nacional, esta discurría por el cordel. Atravesado el Adaja por el puente de los Cobos, vía pecuaria y carretera seguirán recorridos diferentes. El cordel transita paralelo al margen izquierdo del río Adaja, siempre por un terreno llano, propio del valle. Antes de entrar en el término municipal de Niharra, aún deberá franquear otros dos arroyos, el de los Regueros y el de Sanchicorto.
En total tiene un recorrido de 30 km., discurriendo por el Valle de Amblés, con dirección Oeste-Este, siempre por terreno llano, excepto en el término municipal de La Hija de Dios, donde tiene que escalar algunas estribaciones montañosas. El único curso fluvial con entidad que cruza es el Adaja.
Debido, básicamente, a la concentración parcelaria, la vía pecuaria (excepto en el término municipal de La Hija de Dios), ofrece un ancho de calzada reducido.
Otra característica del cordel es su trazado exageradamente rectilíneo, hecho que viene favorecido por las características orográficas del terreno, y que algún autor ha querido poner en relación con el posible origen romano de esta vía de comunicación, con la Calzada del Puerto del Pico en su discurrir por el Valle de Amblés, no en vano la vía, en su transitar por el término de Niharra, se denomina “Calzadilla”, y la calle principal de Niharra, por donde pasa el camino, conserva el nombre de Calle de la Calzada Vieja. Antes de abocar en la localidad, la “Calzadilla” surca una importante villa romana, “La Pared de los Moros”.
La Calzada del Puerto del Pico, posteriormente reutilizada por la Cañada Real Leonesa Occidental, hasta el paraje denominado “Cruz de Hierro” viene perfectamente definida, con un trazado único –obligado por los pasos de montaña- y con obras de fábrica. Al entrar en el Valle de Amblés, los caminos se diversifican, y las obras de fábrica desaparecen, por lo que se dan varias posibilidades en la continuación de la calzada, ahora como vía terrera.
Estudios realizados acerca de esta calzada, en su prolongación por el Valle de Amblés, apuntan cuatro posibilidades:
1.    Una que enlazaría con la calzada que une Ávila con la Vía de la Plata (Rodríguez Almeida, 1981), y que transcurre por los puertos de Tornavacas y Villatoro (hoy cubierta casi en su totalidad por la N-110).
2.    El que seguiría, tras cruzar el paraje de la Cruz de Hierro, el trazado de la Cañada Real Leonesa Occidental.
3.    Otra que enlazaría con Narros del Puerto, Muñana y Puerto de las Fuentes, hasta alcanzar Peñaranda.
4.    “La que iría a Ávila por el llamado “Camino Viejo” o “Carretera Vieja de Ávila”, caracterizada por su casi exagerada rectitud, propiciada por la ausencia de obstáculos. Ya fuera de Mengamuñoz la vía se puede retomar a la altura del P.K. 24, en la margen derecha de la carretera (atravesando la Cruz de Hierro) y discurre nítida hasta el Pontón de la Gargantilla. En esta zona está señalada por alineaciones laterales. Una vez franqueado el riachuelo, las rigleras se hacen esporádicas. La anchura aproximada en este punto es de 7 m. El itinerario rectilíneo va a media ladera con dirección NE. Rebasada una pequeña colina, cruza la carretera y encara el descenso hacia La Hija de Dios. Aquí está francamente desmantelada aunque se vislumbra un ligero abombamiento en algunos puntos. Unos 300 m antes del pueblo la calzada se diluye en la ladera y desemboca en un portón claramente moderno. La vía cruzaría supuestamente el pueblo y continúa, como camino terrero, hasta el Puente de los Cobos por donde cruza el río Adaja. A partir de este momento transcurre por la “Cañada de Ávila al Puente de los Cobos”, muy cerca del río por regla general, sin que se aprecie infraestructura alguna, y estando constituida por una simple pista de arena apisonada. Antes de llegar a Niharra pasa junto a un yacimiento romano, que según Rodríguez Almeida corresponde a una villa tardorromana, y cuya denominación local es “Pared de los Moros”. Inmediatamente atraviesa la localidad de Niharra, donde la calle principal se llama “Camino de la Calzada Vieja”, y continúa hacia Ávila cruzando los parajes de “Matamoros”, “Aldeavieja” y “La Berceda”. Entra en la capital, junto con el “Cordel del Puerto de Tornavacas a Ávila” (también originado en una calzada romana y hoy tapada por la N-110), por el puente romano sobre el río Adaja. Actualmente está en estudio su hipotética prolongación septentrional que aventuramos seguiría dirección a la provincia de Segovia (por la ruta de Villacastín). Esta afirmación se apoya en la existencia de un puente sobre el río Voltoya, con restos de calzada en su entorno, y que es visible desde la carretera N-501. Rodríguez Almeida lo cataloga como romano, adscripción que nosotros tampoco dudamos.”
Además de todo lo dicho, esta vía, con una enorme carga histórica, fue una de las rutas que los arrieros utilizaron para transportar mercancías desde la Meseta hasta Sevilla, y, por tanto, al continente americano.
El tramo que discurre entre el Puente de los Cobos, que vadea el río Adaja, y la localidad de Baterna salva dos arroyos gregarios del Adaja (curso que discurre paralelo y muy próximo al Norte de este tramo del cordel), arroyo de los Potrillos y arroyo de Berrocal de Duza, y lo hace a través de sendos pontones: Puente soto y puente de Berrocal de Duza.

Puente Soto
Posiblemente de finales del S.XIX, se traza sobre el arroyo de los Potrillos.
Consta de 4 ojos adintelados de iguales dimensiones. La fábrica es de sillarejo de granito en seco en los soportes de la estructura, y de grandes losas, bien talladas, para las cubiertas.
Puente sobre el arroyo de Berrocal de Duza.
Ejecutado en una muy tosca fábrica de mampostería de granito, está constituido por 2 ojos adintelados, de iguales dimensiones. El vial lo conforman grandes losas de granito de grosera factura.

Puente de los Cobos
Su situación resulta estratégica, ya que supone un paso obligado en todo itinerario que se quiera realizar entre la zona centro de la provincia (Valle Amblés y entorno de la capital) y el sur de la misma (Valle del Tiétar). Debido a ello, la creación de un vado que salvase el cauce del río Adaja, hubo de ser una prioridad para los diferentes pueblos que se asentaran en esta zona de la Meseta Central. Aunque de ello no resta evidencia alguna en la actualidad, cabe pensar que aquí hubo de existir alguna suerte de puente en época romana, necesario en el trazado de la Calzadilla.
El puente de los Cobos se dataría en el S.XVI, coincidiendo con el auge del comercio de la Meseta en relación con el Nuevo Continente. Esta nueva situación hacía necesaria la renovación del viario, inversión favorecida por el auge económico derivado de la nueva situación de la Corona de Castilla (ha concluido la guerra con la toma de Granada y el descubrimiento del Nuevo Continente aportará gran riqueza a la Corona).
Dispone de cuatro ojos, en arco de medio punto y diferentes desarrollos en cuanto a altura máxima, siendo el mayor el que ocupa la zona central. Está ejecutado en sillería y sillarejo de granito, con dos tajamares que flanquean el arco central. Por el extremo meridional, y flanqueando la Calzadilla, la fábrica se proyecta en un muro de sillería que, con un trazado de cerca de 300 m y 1,50 m de altura, se construyó para amortiguar en efecto de los desbordamientos del caudal, evitando que la vía quedase inutilizada para el tránsito.
Bibliografía
•    Arenillas Parra, M. (1975): “Una vía romana a través del Sistema Central español. La prolongación septentrional de la calzada del Puerto del Pico”, Revista de obras Públicas, nº 3123, Madrid.
•    Bellosillo, M. (1998): Castilla merinera. Las cañadas reales a través de su toponimia. Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos. Colección de Ciencias, Humanidades e Ingeniería, 27. Madrid.
•    Calle Sanz, E y Gisbert, Mº.J. (1987): La Cañada Leonesa, Madrid.
•    Catálogo de la exposición “Mesta, trashumancia y vida pastoril”. Exposición organizada por la Sociedad V Centenario del Tratado de Tordesillas (Soria del 19 de septiembre al 30 de noviembre de 1.994). Valladolid (1994).
•    Exposición Santiago Bayón Vera (1990): Caminos silenciosos, Escuela-Taller “Tierra de Peñaranda”, Salamanca.
•    Ferrándiz Martín, F, Martínez Cabañas, J. L., Pinedo Reyes, J y Soba de la Fuente Mª. R. (1990): “La Calzada del Puerto del Pico: problemática de su trazado en la provincia de Ávila”, Simposio La Red Viaria en la Hispania Romana, Zaragoza.
•    García Martín, P, (1990): El patrimonio cultural de las cañadas reales, Valladolid.
•    García Martín, P. (1988): La ganadería meseteña en la España Borbónica (1700-1836), Madrid.
•    García Martín, P. (1992): Cañadas, cordeles y veredas, Valladolid.
•    García Martín, P. (1994): Por los caminos de la trashumancia, Valladolid.
•    Klein, J. (1985): La Mesta, estudio de la economía española 1273-1836, Madrid.
•    Rodríguez Almeida, A. (1981): Ávila romana, Ávila.
•    Ruiz martín, J. y García Sanz, A (1998): Mesta, trashumancia y lana en la España Moderna. Ed. Crítica y Fundación Duques de Soria. Barcelona.

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