Iglesia de la Natividad de Ntra Señora - Villanueva del Campillo
Templo de cabecera única orientada, una única nave, puerta al mediodía y torre a los pies. Toda ella hecha de sillería bien aparejada. Fue realizada en un plan único a lo largo de la primera mitad del siglo XVI, erigiéndose sobre el solar de otra anterior medieval.
La cabecera es semioctogonal, cubierta con una bóveda estrellada de 9 puntas que arranca de una imposta con bolas, y reforzada con contrafuertes en las esquinas. Por un arco carpanel de gran altura se comunica con la amplísima nave, concluida en 1553 y concebida como un espacio único sin divisiones, aunque el abovedamiento se divide en tres tramos de terceletes con combados, que arrancan de los mismo muros sin más soportes que ménsulas o “culs de lamps”, contrarrestados al exterior con sus correspondientes contrafuertes, de los cuales disponen oblicuamente los de las esquinas del lado norte.
En 1520 se terminó la capilla Mayor; los gastos de materiales y del maestro cantero corrieron a cargo de la iglesia; el pueblo puso la piedra y el peonaje. En 1543 se inaugura la segunda capilla, y en 1545 se terminaron las otras dos capillas.
A los pies se levanta un coro alto sobre columnas colocadas en fila en el centro, y a él se accede por una amplia y cómoda escalera de piedra que arranca junto a la puerta de ingreso, entre el contrafuerte que la flanquea por la izquierda y el de la esquina, pero comparte también este espacio con la capilla bautismal, de planta cuadrada y bajo bóveda de cañón lastras rematadas por balaustres y decoradas con rosetas y veneras en sus fustes. Está cobijada por un arco carpanel con bovedilla de crucería apoyada directamente en los contrafuertes correspondientes al segundo tramo de la nave. Sobre ella se abre una hornacina avenerada que repite el mismo esquema compositivo y alberga una Virgen con el Niño, de talla muy maltratada. Otro vano más de iguales características se levanta sobre el alero para una campana.
Finalmente, en 1552, la sacristía se adosa al sur de la cabecera; tiene planta cuadrada, con bóveda de terceletes, y contrafuertes en las esquinas, y puerta en arco conopial traspasado por una hilera de bolas y un escudo con las llaves de San Pedro sobre la clave.
Cuando quedó concluida la nave y tasadas las obras, se concluyó aplazar la construcción del coro y de la nueva torre por falta de financiación, conservándose la vieja torre. Para algunos autores, la primitiva torre fue una fortaleza de la Orden del Temple; prueba de ello sería la cruz de la Orden de Calatrava (cuyos caballeros se hicieron cargo de los bienes de la Orden del Temple tras su disolución) que se esculpe en la peana de una cruz del Vía Crucis que se erige frente a la puerta de poniente.
Los feligreses querían una torre en consonancia con el nuevo templo. Así, en 1631, cuando se dispuso de fondos suficientes, se puso en marcha la construcción de la nueva torre sobre la estructura existente. Se concedió la obra al maestro cantero de Salamanca Julio sardina. Los canteros no calaron la torre para comprobar si podía cargar con 33 pies de altura, decidiendo que podía alcanzar 91 pies de altura. Una vez se llegó a los 33 pies, pudieron comprobar que todo era barro y cantos, observando que, probablemente, la torre, con la altura planteada, no aguantase. Pero los feligreses estaban decididos, y querían una bóveda de cantería labrada.
Julio Salinas aseveró que la torre no aguantaría el peso y que lo racional sería dejarla hueca; estos consejos fueron ignorados y se construyó la bóveda maciza. La torre se derrumbó al año de su construcción.
La torre, de planta cuadrangular, se alza a los pies, desplazada a la derecha para permitir un acceso en arco de medio punto actualmente tapiada, y a una ventana para iluminación del coro. Su acceso es a través de éste y no tiene más que un vano para campanas en cada cara del último cuerpo.
En el interior, entre sus imágenes destaca un Cristo crucificado del S.XV, otro del S.XVI y el retablo de la Virgen del Rosario, de 1703, obra de Manuel González Delgado, difusor del estilo churrigueresco en la comarca.
Bibliografía
• Dámaso Barranco Moreno (1993): En busca de las raíces de Villanueva del Campillo.